18/05/2024

El pronóstico espacial

La semana pasada el mundo vio, con asombro, un despliegue de auroras polares inusual, visibles desde latitudes medias e incluso tropicales. Así brillaba el cielo austral en Ushuaia, por ejemplo (foto de @polyabba en X):

¿Qué pasó? Las auroras son una de las manifestaciones de las tormentas geomagnéticas, que son perturbaciones violentas y breves del campo magnético terrestre. A su vez, estas perturbaciones son producidas por el campo magnético del Sol, especialmente cuando en su superficie ocurren fenómenos violentos: fulguraciones (de radiación electromagnética) y eyecciones de masa coronal (erupciones de materia). Partículas subatómicas expulsadas y aceleradas por el Sol en estos episodios son canalizadas por el campo magnético terrestre hacia la atmósfera superior sobre las regiones polares, donde hacen brillar el nitrógeno y el oxígeno. En los días previos a las auroras, en la superficie del Sol se formó una mancha oscura gigantesca: 

Estas manchas solares se producen en regiones donde el campo magnético es muy intenso, miles de veces más intenso que en el resto de la superficie del Sol (y un par de miles de grados más fría, por eso se ven oscuras). Esta mancha se hizo tan grande que, en la mañana anterior a las auroras, pude verla a simple vista (con anteojitos de eclipse, pero sin magnificación de ningún tipo). Era muchísimo más grande que la Tierra entera, como se ve en esta composición de Philip Smith:

Estas regiones activas, como se llaman, de la superfice solar, son las que producen tanto fulguraciones como eyecciones de masa coronal. En pocas horas previas a las auroras, esa región activa produjo seis fuertes eyecciones, todas ellas apuntando directamente a la Tierra, como se ve en esta peliculita que hice con imágenes del satélite Soho:


Las eyecciones de masa coronal ya han aparecido en el blog, porque pudimos ver una durante el eclipse solar del 2020, algo que sí es raro (ahora me doy cuenta de que tendría que contar algo más). Pero la actividad del Sol está llegando al máximo de su ciclo, que dura 11 años (en realidad, 22), así que no es una sorpresa. Eso sí, la tormenta fue una de las 20 más intensas de los útimos 500 años. Lo que ocurre es que 11 años es mucho tiempo, y la gente se olvida. Además, hace 11 años los medios sociales estaban en su infancia, y hace 22 ni siquiera existían, así que los testigos de auroras inusuales simplemente no compartieron su experiencia. Pero incluso desde Bariloche ya se habían visto. Esta vez, lamentablemente, estuvo muy nublado y me las perdí. Pero mi amigo Daniel Chiesa se fue hasta el aeropuerto, donde pudo fotografiar el resplandor detrás de las nubes:

En Las Grutas, mi amigo Denis Martinez hizo fotos preciosas:

Como dije, estas cosas están bastante bien entendidas. Y como, aparte de la belleza de las auroras, las tormentas geomagnéticas pueden producir inconvenientes con consecuencias económicas (inducción de corrientes continuas en las redes eléctricas, pérdida de altura de satélites artificiales, etc), existe toda una nueva área de la ciencia aplicada llamada space weather para pronosticarlas. Su pionero fue Eugene Parker, como comentamos en ocasión del robot con su nombre que está explorando el Sol. Casi todas las observaciones se hacen desde el espacio, monitoreando el Sol permanentemente en todas las longitudes de onda del espectro electromagnético, y usando las ecuaciones de la magnetohidrodinámica para predecir su evolución. Los pronosticadores son capaces de predecir lo que va a ocurrir en el campo magnético terrestre con muchas horas de anticipación, y avisar a las compañías eléctricas y aeroespaciales para que tomen medidas preventivas. (Aún así, en 2022 Space X perdió 38 satélites recién lanzados, por una tormenta geomagnética "menor".)

¿Cómo es posible que veamos auroras desde latitudes tan lejanas de las regiones polares, donde se producen todo el tiempo? La razón es que, durante las tormentas geomagnéticas intensas, los óvalos de auroras (uno boreal y uno austral) se expanden muchísimo, y alcanzan latitudes bastante menores que lo usual. De todos modos, quedan confinados a las regiones polares, no vayan a creer. Pero las auroras ocurren a muy gran altura. Por ejemplo, las "cortinas rojas", que son las que se vieron hasta en Santiago del Estero, ocurren a 200 o 300 km de altura. Si usamos la fórmula que calculamos en la nota sobre la distancia al horizonte y la curvatura de la Tierra, encontraremos que una aurora a 300 km de altura se puede ver desde 2000 km de distancia. Desde Bariloche, 2000 km al sur está el Pasaje de Drake, precisamente donde estaba el óvalo de auroras el 11 de mayo. Las auroras verdes se forman por debajo de las rojas, y por esa razón se vieron desde regiones más cercanas a las zonas polares, como Ushuahia (pero incluso así, cercanas al horizonte, no bailando en el zenit como en las fotos que vemos de Islandia o Noruega). 

¿Por qué son más comunes las auroras boreales que las australes? Hay auroras mucho más seguido que lo que parece. Pero no siempre son igualmente intensas o visibles. Se combinan tres razones. En primer lugar, los óvalos están centrados en los polos magnéticos de la Tierra. El polo magnético norte está en Canadá, mientras que el austral está en la Antártida del lado de Nueva Zelanda. Desde la Argentina, queda del otro lado del mundo, así que sólo podemos verlas cuando el óvalo austral se expande, lo cual ocurre durante las tormentas cercanas al máximo de actividad solar, cada 11 años. en el norte, la región desfavorecida es Siberia, donde hay muy poca gente. Por otro lado, toda la población del hemisferio norte está más cerca del polo que la del sur. Por ejemplo, la ciudad de Cambridge, donde estuve el semestre pasado, está a 51 grados de latitud, equivalente al extremo austral de la provincia de Santa Cruz. Finalmente, hay mucha más población en el hemisferio norte, así que hay simplemente más reportes de auroras. Los satélites meteorológicos, con cámaras que no fueron diseñadas para esto, pudieron fotografiar las auroras inusuales del 11 de mayo como muestra la siguiente composición, en la que se ven los dos óvalos:

El máximo de actividad solar durará probablemente hasta el año 2026, así que tal vez tengamos más episodio de auroras visibles desde latitudes medias.

 


Se escucha a veces la expresión "tormentas solares", que no significa nada. Digan tormenta geomagnética (un fenómeno terrestre). En el Sol, hay eyecciones de masa coronal (son esas erupciones que se ven en el video, y que mostré en el eclipse de 2020), fulguraciones y protuberancias (no "llamaradas", otra cosa que no existe).

El paper que comenta la pérdida de los satélites es Dang et al., Unveiling the Space Weather During the Starlink Satellites Destruction Event on 4 February 2022, Space Weather 20:e2022SW003152 (2022). 

Tanto Daniel Chiesa como Denis Martinez se dedican al astroturismo. Si están por Las Grutas o Bariloche, ¡contrátenlos!

11/05/2024

La persistencia de la sombra

El Event Horizon Telescope nos mostró hace 5 años su primer resultado: el agujero negro que ocupa el centro de la galaxia gigante M87. Al año siguiente volvió a observarlo, y la resolución es ligeramente mejor, ya que se incorporó al sistema un radiotelescopio en Groenlandia, así como más frecuencias de radio en la observación. Recién ahora se dio a conocer el resutado, que es similar y distinto a la vez:

Recordemos que lo que muestran estas imágenes no es el agujero negro en sí mismo, sino la silueta que produce la distorsión de la luz (ondas de radio, que no deja de ser luz) que se produce a su alrededor, en un disco de materia supercaliente que lo orbita. Esta distorsión es incluso mayor que el más familar efecto de lente gravitacional, que afecta la imagen de las galaxias que vemos detrás de otras galaxias. La presencia del agujero negro, con su intensa gravedad, retuerce muchos de esos rayos de luz (algunos incluso llegan a dar varias vueltas) dejando en el medio una silueta oscura, una "sombra", la del título de esta nota y del paper recién publicado

La nueva imagen es similar a la tomada un año antes: misma forma de anillo asimétrico, mismo tamaño, misma relación de contraste entre la parte oscura y la brillante. Estas magnitudes son una propiedad del objeto observado (calculables con la Relatividad General), y su persistencia apunta a que el EHT está funcionando bien. Por otro lado, en la imagen de 2017 la luz es más intensa hacia el sur (abajo) del anillo, mientras que en la de 2018 el punto brillante parece haber girado unos 30 grados en sentido antihorario. En 2021 ya habían publicado un resultado de menor calidad (que comentamos aquí), usando imágenes de prueba tomadas antes de 2017, que mostraban que la asimetría parecía estar girando en este mismo sentido. En el paper actual comentan muy brevemente aquel resultado, y anticipan que un trabajo posterior va a discutir lo que significa desde el punto de vista del movimiento de la materia en el disco brillante. 

Voy a aprovechar para mostrar otra imagen del EHT que me sorprendió hace algún tiempo, y que me había quedado traspapelada. Ya sabemos que los agujeros negros de M87 y de la Vía Láctea son los que, en nuestro cielo, aparecen más grandes. Por ahora son los únicos que podemos ver con el EHT. ¡Pero no es lo único que se puede observar! La galaxia Centaurus A tiene un agujero negro muy activo, como M87, que produce grandes chorros de materia y energía, que son más grandes que la galaxia misma:

El chorro es la fina estructura rosada (en radio) superpuesta a esta imagen de luz visible. El EHT ha hecho una observación extraordinaria de la estructura central del chorro, donde surge del disco de materia alrededor del agujero negro:

¡Tiene cuatro patas! Por un momento pareciera que fuesen cuatro chorros. Pero no: son dos, uno hacia cada polo del disco de materia supercaliente donde se forma y se organiza, por acción de los campos magnéticos producidos tanto por el agujero negro como por el mismo plasma en órbita. Lo que muestra esta imagen es que en realidad el chorro es hueco, como si fuera un cono finito y medio transparente. En una imagen del chorro alrededor de M87, hecha con el también enorme VLBA, se ve algo similar (cuadro de la derecha, lo muestran rotado):


El EHT es el telescopio más grande del mundo. De hecho, es tan grande como el mundo. No hay dudas de que recién estamos viendo sus primeros pasos, y que la inevitable mejora de las técnicas en los próximos años van a permitir proezas de observación. 


 



The Event Horizon Telescope Collaboration, The persistent shadow of the supermassive black hole of M 87 - I. Observations, calibration, imaging, and analysis, A&A, 681:A79 (2024). La imagen publicada en 2019 fue hecha con las observaciones de 2017. La publicada ahora corresponde a las observaciones de 2018. ¡El procesamiento de imágenes del EHT es más lento que el mío!

Janssen et al., Event Horizon Telescope observations of the jet launching and collimation in Centaurus A, Nature Astronomy 5:1017–1028 (2021).

04/05/2024

Cúmulos y nebulosas de Carina

La semana pasada comentamos la lejanía de la estrella x Carinae, la más lejana visible a simple vista. La encontramos en el cielo junto a un famoso cúmulo abierto, NGC 3532, el Pozo de los deseos, vecino a la magnífica Gran Nebulosa de Carina. Mostré esta foto, que hice en enero desde la estepa patagónica, una noche de inusual airglow:

Es una región magnífica del cielo austral. La escena mide unos 6 grados de ancho, más o menos como los tres dedos medios con el brazo extendido. Está dominada por la Nebulosa de Carina (NGC 3372), una gran región de formación estelar a 7500 años luz de nosotros. Brilla con los colores característicos de la fluorescencia del hidrógeno (rojo) y del oxígeno (azulado). Sus átomos son irradiados por la radiación ultravioleta de cientos o miles de estrellas jóvenes, muchas de ellas monstruosamente grandes, como la extraordinaria Eta Carinae. Arriba y a la izquierda está el otro protagonista de la escena, el gran cúmulo abierto NGC 3532, un ejambre de centenares de estrellas a unos 1500 años luz de la Tierra. A alguien le parecieron las monedas que se tiran a una fuente para pedir deseos, y lo bautizó wishing well cluster, que en castellano se traduce en general "el pozo de los deseos", aunque tendría más sentido "la fuente de los deseos", ¿no? A su lado, pero mucho más lejos y sin relación física con él, está la coloradita cefeida x (equis) Carinae, que a 14 mil años luz es la estrella más lejana visible a simple vista. Las de 3532 son estrellas jóvenes, si bien no tanto como las que están embebidas en la nebulosa; tienen todas ellas unos 300 millones de años, y unas cuantas ya se ven de un color rojo que delata su madurez. Una de ellas me llamó la atención por ser mucho más colorada. Resultó ser una estrella de carbono. Acá la marqué en un recorte, además de x Carinae:

Un pedacito de NGC 3532 fue la primera imagen tomada por el telescopio espacial Hubble, la que dejó a todos diciendo "algo no está bien".

La gran nebulosa 3372 y el cúmulo 3532 se roban la escena, pero hay una cantidad de personajes secundarios que completan el encanto de esta densa región de la Vía Láctea. Hice una versión anotada para guiarnos:


NGC 3293 es otro de los cumulitos que rodean a la Nebulosa de Carina. Es más denso y más joven que 3532. Sus estrellas son casi todas gigantes azules, salvo una supergigante roja, que debe ser muy masiva para haber evolucionado tan rápido (el cúmulo tiene 12 millones de años apenas). Algo de nebulosidad se extiende hasta allí, y el cúmulo parece estar asociado al vecino NGC 3324, cuya propia nebulosidad está catalogada como IC 2599. Su forma redonda parece un perfil (mirando hacia la derecha en la foto), y a veces se la llama Nebulosa Gabriela Mistral, porque se le parece. Fue una de las primeras imágenes difundidas por el telescopio Webb, hace un par de años. 

Otros dos cúmulos embebidos en la nebulosidad de la cual nacieron están completamente desconectados de esta compleja región: NGC 3603, 3579 y 3576. Más chiquito aún, el 3572.

Y las estrellas brillantes de esta región son también hermosas, variadas y coloridas. Eta Carinae es la monstruosa estrella de 100 masas solares que hace 200 años explotó casi como una supernova, y sobrevivió. Su capullo de polvo caliente, llamado el Homúnculo, es lo que vemos brillando de color naranja. Cuando lo disipe (dentro de pocos años) seguramente la veremos de un azul rabioso. Brillando a magnitud 4, y a 7500 años luz de distancia, también es una estrella muy lejana visible a simple vista. 

Parecida en brillo y color es otra estrella gigante (variable tipo Mira), w Carinae. La vemos superpuesta a la nebulosa, pero es mucho más cercana, a 1400 años luz. Y otra estrella parecida en brillo, pero más blancuzca (es una subgigante amarilla), es u Carinae, todavía más cercana, a apenas 95 años luz. Con y Carinae se completa un arco de estrellas de cuarta magnitud w-η-u-x-y que es fácil de identificar en el cielo (hace poco una de las chicas de Osiris me decía que siempre le parece que forman una corona). 

Y ahora, algunos detalles técnicos. La foto fue hecha con mi Canon T7i (sin modificar) y un teleobjetivo Canon 200mm 1:2.8 L, diafragmado a f/3.2. Como era la primera vez que lo usaba hice exposiciones a 2.8, 3.2 y 4.0. La verdad que funciona muy bien incluso completamente abierto a f/2.8. Para esta imagen usé las de 3.2 porque tenía más exposiciones (son 20 de 30 segundos). 

Además de nueva cámara y lente, usé un nuevo software de procesamiento, Siril. ¡Es buenísimo! Es bastante fácil de aprender (hay tutoriales) y muy poderoso. Me resultó más fácil e intuitivo que PixInsight, por ejemplo, e igualmente versátil. El procesamiento que hice es bastante básico, y el resultado es buenísimo. Entre varias cosas que me gustaron:

  • Convierte las imágenes raw a fits y hace todo el procesamiento en 32 bits, lo cual preserva el rango dinámico que requieren las fotos astronómicas aún mejor que los tif de 16 bits (como los que produce Sequator, que después hay que seguir procesando en Photoshop o Gimp).
  • Permite calibrar el color usando fotometría online: con el nombre del objeto fotografiado, identifica las estrellas y corrige el color, lo cual es magnífico. 
  • La identificación de estrellas, que en inglés se llama plate solving por razones históricas (en castellano se podría decir calibración astrométrica, pero se usa plate solving), permite superponer una grilla y un catálogo de objetos en la imagen:

  • Puede usar StarNet para separar las estrellas de la nebulosidad, lo cual permite procesar ambas por separado, y después recombinarlas. Esto es buenísmo, porque algunas de las herramientas que usamos para aumentar el contraste en las nebulosas, por ejemplo, producen defectos en las estrellas, y viceversa. 
  • Tiene una cantidad de herramientas de postprocesamiento que apenas empecé a explorar, pero las que usé son muy fáciles y útiles. Por ejemplo, se puede hacer zoom en el histograma y representarlo en escala logarítmica, para ajustar los tonos, cosa que en Photoshop es medio a ciegas. Y muchas cosas más: remoción interactiva del brillo del cielo, saturación protegiendo el fondo, descomposición en wavelets para un contraste selectivo por escalas, gran velocidad en todo lo que hace, en fin, me encantó.

Creo que me queda todavía una foto más de la sorprendentemente productiva noche en Los Juncos. Ya aparecerá.

27/04/2024

Vamos de nuevo: la estrella más lejana

Por cuarta vez vamos a ocuparnos de la estrella más lejana visible a simple vista. ¡Y no será la última! Es que la distancia a las estrellas es difícil de medir, como conté en Viaje a las Estrellas. El método más exacto es el de la paralaje, basado en el sutil cambio de perspectiva que sufre la posición de las estrellas a medida que la Tierra circula alrededor del Sol. Desde hace más de 10 años un telescopio espacial europeo, Gaia, está midiendo paralajes (y otros parámetros) de más de mil millones de estrellas con una precisión sin precedentes (como distinguir un pelo a 1000 km). Y cada tanto publica una nueva versión de su catálogo, ampliada y mejorada. En la nota de 2019: La estrella más lejana (posta) habíamos usado la segunda versión del catálogo, Gaia DR2. Ahora, que tenemos disponible la versión final de la tercera edición, DR3, vamos a revisar aquellos datos. 

Las principales contendientes al récord son las estrellas ρ (rho) Cassiopeiae (que suele figurar como estrella más lejana, especialmente en sitios de habla inglesa o del hemisferio norte), y x (equis) Carinae, una estrella austral muy visitada por los aficionados (aunque no la conozcan por su nombre) porque está pegada a uno de los cúmulos abiertos más lindos del cielo, NGC 3532:

Sí: esta foto está muy buena. Tan buena que la voy a comentar la semana que viene. Hoy nos ocupa sólo x Car, que vemos arriba a la izquerda, junto a NGC 3532, el Pozo de los Deseos.

Ambas son estrellas visibles a simple vista, si bien x Carinae (magnitud visual 3.8) se distingue más fácilmente, incluso desde una ciudad. La he visto sin problema desde la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo. Es una hipergigante amarilla del tipo variable cefeida clásica. Las cefeidas son estrellas muy luminosas que varían de manera muy regular, y que se usan para calibrar el segundo escalón de la escalera de distancias cósmicas, ya que se las puede distinguir en muchas galaxias cercanas

Estas son las distancias (en años luz), de acuerdo a DR2 y DR3:

Estrella  Magnitud 
 Distancia DR2 
 Distancia DR3 
 x Car   3.83   5890  14642
 ρ Cas   4.59   3444      -
 V766 Cen  
  6.8   8916  13265

La distancia a x Car, de acuerdo a DR3, es enorme: ¡más de 14 mil años luz! Tengan en cuenta que la inmensa mayoría de las estrellas que vemos a simple vista están apenas a algunos cientos de años luz:

Es un valor bastante mayor que el del catálogo DR2, e incluso mayor que el que encontré la primera vez que la discutimos, en La estrella más lejana (reloaded). Lamentablemente, la distancia a rho Cas no puede calcularse con DR3, ya que la paralaje dio negativa (–0.05 mas, milisegundos de arco). En el catálogo anterior, DR2, su paralaje era 0.947 mas, bastante mayor (y por lo tanto más cercana) que la de x Car. Es el valor aceptado oficialmente en el Centre de Donnés Astronomiques de Strasburg, y el que usé en el gráfico. En el catálogo Hipparcos su paralaje era 0.28 mas (como 11 mil años luz), pero con un enorme error del 75%. En estas condiciones, es difícil decir cuál es su distancia verdadera. Habrá que esperar a Gaia DR4, en un par de años.

En la tabla puse otra estrella notablemente lejana, que podemos encontrar en nuestro cielo entre los Punteros de la Cruz y el Saco de Carbón: V766 Centauri. Según Gaia DR3, es casi tan lejana como x Car. Pero, como ven, estas mediciones son bastante inciertas, así que bien podría estar más lejos que ella. De todos modos, con una magnitud visual de 6.8, es mucho más tenue, así que yo no la consideraría "visible a simple vista". La marqué en la foto que ilustró la nota de 2019, porque en esa ocasión fue la ganadora:

Mientras tanto, x Carinae reina victoriosa: bien visible y fácil de encontrar, nos ilumina tenuemente con fotones que partieron a fines de la última Era Glacial, cuando los primeros humanos estaban llegando a Sudamérica.



Los datos de Simbad y de Gaia son fácilmente accesibles online, en los links que marqué arriba. Ojo: tanto los seres humanos como los catálogos pueden confundir a x Car con X Car. Por las dudas, dejo identificaciones alternativas de las tres estrellas. x Car es HD 96918, rho Cas es HD 224014, y V766 Cen es HD 119796.

El gráfico está hecho con el catálogo Hipparcos (otro telescopio espacial que midió paralajes), más algunas estrellas agregadas a mano (rojas) y en amarillo las que comenté aquí.